Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Neuroscience ha revelado avances significativos en la capacidad de decodificar el lenguaje humano directamente desde la actividad cerebral, sin la necesidad de implantes cerebrales invasivos. Los investigadores utilizaron resonancias magnéticas funcionales (fMRI) para mapear la actividad cerebral de tres participantes mientras escuchaban historias narrativas habladas durante 16 horas. Estos datos se introdujeron en un modelo de red neuronal llamado GPT-1, que fue entrenado para predecir las respuestas cerebrales a diferentes estímulos del lenguaje.
El modelo demostró la capacidad de reconstruir el lenguaje continuo y transcribir «la esencia» de lo que los participantes estaban escuchando. Aunque hubo dificultades con pronombres personales, el decodificador pudo captar la esencia general de las palabras, frases y significados generados en las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento del lenguaje. Los investigadores destacaron que este estudio va más allá de las investigaciones anteriores que se centraron en interfaces cerebro-computadora que requerían implantes invasivos.
Los resultados indican un posible avance hacia la comunicación para personas que han perdido la capacidad de hablar o escribir, lo que podría mejorar su calidad de vida. Sin embargo, también plantea cuestiones éticas sobre la privacidad mental y la posibilidad de que las máquinas puedan leer los pensamientos de las personas, incluso sin su consentimiento. Para abordar estas preocupaciones, los investigadores realizaron pruebas que demostraron que el decodificador solo funcionaba en la persona específica en la que había sido entrenado, y los participantes pudieron sabotear fácilmente el sistema con tácticas específicas.
A pesar de los avances, los científicos enfatizan la necesidad de establecer regulaciones que protejan la privacidad mental de las personas. Existen preocupaciones sobre el uso no deseado o invasivo de esta tecnología en el futuro, especialmente si se desarrolla la capacidad de decodificar escáneres cerebrales en tiempo real. En resumen, este estudio representa un paso significativo en la capacidad de comprender y transcribir el lenguaje humano directamente desde la actividad cerebral, pero también plantea interrogantes sobre la privacidad mental y la necesidad de salvaguardias éticas y regulatorias.