El pasado 31 de agosto marcó el fin de una etapa excepcional en Chile, con la expiración del decreto Nº 4 de 2020 del Ministerio de Salud, que había establecido la Alerta Sanitaria debido al brote de COVID-19. Esta alerta, que se mantuvo vigente durante más de mil trescientos días, fue una de las más prolongadas en la historia del país. Durante este período, Chile experimentó restricciones significativas, como el Estado de Excepción Constitucional, toques de queda, cuarentenas y el uso obligatorio de mascarillas.
La ministra de Salud, Ximena Aguilera, junto a destacados funcionarios de salud, se reunió para evaluar la medida y discutir su impacto. En sus declaraciones, la ministra Aguilera enfatizó que la finalización de la Alerta Sanitaria no significa que el COVID-19 haya desaparecido por completo. El virus continuará circulando y evolucionando, dando lugar a nuevas variantes. Sin embargo, el país está avanzando hacia la adaptación y convivencia con la enfermedad, un proceso que se ha venido desarrollando desde el año anterior.
El Ministerio de Salud seguirá manteniendo su capacidad de preparación y respuesta ante posibles contingencias, incluido el seguimiento de casos y casos graves. Además, la vacuna contra el COVID-19 se ha incorporado al Programa Nacional de Inmunizaciones, asegurando su disponibilidad para los grupos de riesgo de manera anual. Además, la vigilancia de los virus invernales se ha integrado con la del coronavirus como parte de la rutina de seguimiento de los virus respiratorios.
La ministra Aguilera subrayó que, a pesar de la finalización de la Alerta Sanitaria, se recomienda encarecidamente el uso de mascarillas en situaciones de exposición al contagio o cuando se interactúa en lugares donde puede haber personas con síntomas respiratorios, como los servicios de urgencia.
En cuanto a la Campaña de Invierno 2023, la ministra destacó que se enfrentó uno de los brotes más significativos de Virus Respiratorio Sincicial en mucho tiempo. Esto llevó a una rápida respuesta de la red de atención médica público-privada, que se vio obligada a aumentar la capacidad de camas pediátricas para hacer frente a la demanda inusual.
Finalmente, la ministra Aguilera expresó su profundo agradecimiento a todos los trabajadores de la salud que han estado en la primera línea durante esta crisis, recordando a los más de 60 mil fallecidos durante la pandemia y a los niños que perdieron la vida durante la crisis invernal. Chile ahora avanza hacia una nueva fase, en la que la adaptación y la convivencia con el COVID-19 son la clave para enfrentar los desafíos futuros.